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9,50 €Como en los recientes descubrimientos astrónomicos de las "enanas marrones", esas estrellas opacas que constituirÃan gran parte del universo, Prender de gajo -en el lenguaje más corriente en España "prender de esqueje"-, es un poemario fundado en el desarraigo; es decir, en la fuerza poderosa de la lengua ausente, la que perturba la adquisión de lo más difÃcil para un expatriado: la residencia interna. La diáspora, los éxodos producen cataclismos, heridas que nunca cierran, de ahà que lo más enfermo y frágil en un emigrado sean las raÃces. Después del diluvio, el exilio, a partir de Babel, es una plaga, un castigo, como la traducción. Los verdaderos viajeros son aquellos que viajan por viajar, dicen algunos, no por huir, pero el que esté exento de huidas que arroje la primera ancla. El deje, el acento y la gestualidad traicionan más que la indumentaria y la educación, la extranjerÃa. La del expatriado tiene algo de la lengua del lÃmite, la de los niños, la de los locos, también la de los poetas. En Prender de gajo la búsqueda del resplandor viene de ahÃ. Elaborado a la manera de un patchwork, y cruce de crónica, balada y cantiga, Prender de gajo atesora frases, retazos, palpitaciones... a lo largo y ancho de dÃas, vÃas y lecturas; en suma: "esta vida desordenada, esta poesÃa que es la mÃa", en palabras de la autora, quien procura "como una alquimia precisa que va más allá del misterio evocar el tiempo de florecimiento del primer asombro".