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17,10 €Â¿Realmente poseen las personas caracterÃsticas estables, trátese de la inteligencia, el miedo, la ansiedad y el temperamento? ¿Es verdad que los dos primeros años de vida determinan el futuro del niño? Y por último, ¿es el placer la única motivación de los seres humanos, como ocurre con los primates? Este libro, producto de toda una vida de investigación, se enfrenta a los poderosos supuestos que subyacen a estas preguntas y demuestra que son erróneos. AsÃ, pasando con pasmosa facilidad de la historia cultural a la filosofÃa y a la investigación psicológica, Jerome Kagan despliega argumentos que atañen también a las ciencias sociales y a los fundamentos de la polÃtica pública.Por ejemplo, tanto los cientÃficos como la población en general tienden a concebir los procesos abstractos -la inteligencia, el miedo...- como entidades mensurables. Kagan dice, sin embargo, que este enfoque se muestra muy poco sensible tanto al poder del contexto como a las distintas reacciones que pueden mostrar los individuos ante emociones y circunstancias distintas. Otra convicción muy extendida que Kagan discute es la del «determinismo de la primera infancia». Esta teorÃa, con su afirmación de que las relaciones tempranas determinan los patrones de toda una vida, subestima la flexibilidad y la adaptabilidad humanas, tanto desde el punto de vista emocional como desde el cognitivo. El último objetivo de Kagan, en fin, es el tan sobrevalorado principio del placer, que, sostiene el autor, difÃcilmente puede adquirir el sentido de una conducta egoÃsta impulsada por la inclinación hacia la virtud, el respeto por uno mismo y el anhelo de hacer lo correcto.